domingo, 22 de julio de 2012

Antes de la autodestrucción...


Ya dejé de decir, para siempre,
dejé de mentir y de vagar por las calles,
de sentirme culpable o de callarme las cosas más importantes,
me dejé las ganas de vivir colgadas en el perchero, y el mechero en el bolsillo,
brindo por que aguante, que en un futuro pueda decir, herido pero aguanté,
ya no bailo un tango con la felicidad, ahora paseo agarrado de la mano y su cintura,
mientras juega con su guadaña,
dejó de llover, de salir el sol y de iluminarte la espalda entre las rendijas de la persiana,
dejaron de ser santos los bares, los charcos dejaron de ser cristales y mi alma se libró de los alambres...

Dejé este mundo hace ya tiempo,
me fui bien lejos, dejando todo de lado, todo lo que me dio de lado,
me olvidé del pasado, de las personas que conocí, esos paisajes buenos y malos,
ese olor me dejó de recordarte, olvidé el color de tus ojos y de cómo te gustaba el café,
perdí la fe, la dejé en algún cajón, junto a la sombra de Peter Pan y el dedal de Wendy,
solo un suspiro y de nuevo aquí, alguna vez me perdí, pero siempre estuve ahí,
dejé de seguir pasos, de andar con rumbo fijo, de ver y no hacer nada...

Me fui, lo dejé todo y después volví...

1 comentario:

  1. Yo brindo por este gran poema lleno de imágenes brillantes. Brindo por ese ímpetu que sigue adelante, y por todas las sombras y todos los recuerdos que cicatrizan a pesar nuestro y dejan de dolernos. Bienvenido de vuelta.
    ¡Me encantó de principio a fin!
    Besossssss

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