Por miedo.
Por miedo cambiamos, o dejamos de cambiar por miedo a que no nos gusten. Vamos en busca de lecciones morales, sin querer que nos duelan, y ya su nombre hace daño.
Pienso que todo lo que se vive es como el sonido, que todo lo que pasa por nuestra vida, deja un eco, y a veces llega tarde.
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Puede que se escriba con o sin sentido, pero puedes dejar una marca sin querer, aunque para ti no signifique nada, para otra persona puede ser un dilema.
Y de eso se trata la vida, de hacer cosas sin que el otro te las pida, sin que espere que las hagas.
La vida es larga, y si se vive bien aún más larga, tanto que es imposible acordarse de toda ella, pero una cosa se puede sacar en claro, después uno no se puede arrepentir de nada...
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No lloro por las personas que "tenían" que irse, no creo que se vayan a disgusto, pero si les gustaría quedarse un poco más.
No quiero trajes negros, ni silencios, no quiero lágrimas, ni pena.
Me gustaría que mis hijos rieran, que recordasen todo lo que hicimos juntos, que mi mujer recuerde el momento que quisimos tenerles, la primera vez que nos besamos, no quiero que mi hermano deje de de reír a destiempo, ni que mis primos dejen de ser tan locos como lo son...
Solo quiero que se viva como nunca cuando todo se acabe, una buena canción "live forever" de GYM CLASS HEROES por ejemplo, que se fume algo de María, y que se rían porque estaré de nuevo de fiesta, con los que se fueron antes que yo, porque por fin tendré tiempo de saber si 2pac o Elvis están muertos, y podré compartir un par de copas con Kurt, seguramente me fume un par de petas con Bob y acabe hablando con Malcom X.
Llora en los mejores momentos, en esos que creas que no se repetirán nunca, y ríe con fuerza cuando no todo vaya bien, no porque sea de valientes, si no porque si tiene solución...
Pues fíjate, que yo creo que el eco que nos llega, llega justo a tiempo. Probablemente haya estado siempre ahí. La diferencia estriba en el momento en el que podemos escucharlo. Eso quiere decir que estamos preparados.
ResponderEliminarOjalá fuéramos siempre tan valientes como para reír en la adversidad. Ese es un buen síntoma.
Besos mi poeta.