lunes, 15 de noviembre de 2010

A los carnales que se han ido...quienes sean, de quien sea.


Silencio.
No puedo dormir.
El orden se apodera de todo lo que me rodea.
No hay luz, la voz no se oye, y me da por fingir.


Despacio.
Ando perdido en mi interior.
Fuera de los límites y antes de que todo se perdiera.
Sin calles, ni charcos, sin sol, sin mares ni barcos en la orilla.


Cansado.
Me pesan los párpados.
Guardándome siempre la última palabra.
Pensando o protegiéndome las espaldas.
Sintiendo que lo que hago es un escándalo.


Escribo.
Se escapan mis ideas.
Palabra tras palabras voy muriendo por dentro.
Desentonando con mis amigos, me dejan aislado en el centro.


Volando.
Pasan sentimientos atravesando las paredes.
Haciendo agujeros de bala en las cabezas.
Puedes tirar todas las piedras que crees que puedes.
Y me mueves.


Empiezo.
Y termino con una lágrima en los ojos cada vez que te recuerdo.
Sin terminar mi vida.
Dejáste un viaje a mitad de camino.
Me desnudé por fin y me quité la máscara.
La vida se termina cuando crees que uno no vive más haya
de lo que somos capaces de creer.
Abuelo ya juraremos la revancha... palabra.

1 comentario:

  1. De momento parece que te toca mover ficha. La revancha puede esperar. La partida es larga. Aprovisiónate bien de fuerza, de ánimo, de energía. Coge todo cuanto creas que se interpone en tu camino y transfórmalo en algo positivo. No le des la espalda al sufrimiento, a él siempre le gusta perseguirnos. Deja que pase delante de ti.
    Mientras logro atrapar alguna musa, te envío un abrazo.

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