lunes, 23 de abril de 2012

Guardo silencio...

Tengo abiertas unas rendijas en las ventanas de mi interior, sopla el viento, silbando, ahuyentando la soledad, me acompaña cualquier dios, mi poca fe y un cigarro que se consume en el cenicero. Una habitación casi vacía y una mente casi completa de ideas extravagantes, algunas locuras, otras no tanto y un ratón que asoma la cabeza de vez en cuando. Un corazón roto y lleno de espinas por colarse en los rosales, valentía marcada con tiza blanca en el suelo,  de fondo trompetas, aunque suenan solo las dos primeras, ya se abrieron los siete sellos, ya se fue quien nos vigilaba desde allá en lo alto, se cansó de desilusionarse continuamente y ahora muerte y maldad son quienes reinan... Mientras el mundo se quema sigo mirando por la ventana esperando que llueva.

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