miércoles, 8 de agosto de 2012

Vives solo, mueres solo...


Otra vez me encuentro solo, escribiendo en lo alto de mi habitación esa última carta que tantas veces he escrito, otra vez sin saber que decir, sabiendo que nadie la leerá, he comprendido que no tengo a nadie, porque los que pensaba que estaban me dejaron vagando bajo la lluvia, y los otros se fueron con el último cigarrillo que fumé...

Otra vez las manos llenas de mi propia sangre, con esos pasos que al fin y al cabo no me llevan a ningún sitio, cargo con mi propio peso y he recogido los trozos que se rompieron de mí, se saben todos mis secretos, los llevo tatuados en mi piel...

Otra vez día de tormento, y esas campanillas son la única compañía que tengo vuelta a casa,  el pasado no sirve de nada, todo quedó hecho polvo, y el futuro no depende de mí.
Podré gritar y dejarme la voz en el intento, pero no viene nadie a mi auxilio, ya no tengo amigos,
se perdieron entre los problemas, casi no puedo ver mis defensas, tengo un hueco para quien quiera sentarse a solas, al lado mía...

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