Eran las 3 de la mañana, el humo del cigarro tomaba forma y mi copa estaba cada vez más vacía, se congelaba un poco, por el frío que entraba por la ventana, y me invadía un estado de melancolía, casi no podía ver las letras que escribía en mi cuaderno...
algunas estrellas brillaban más que otras, y la luna me iluminaba casi tumbado encima de mi historia.
Un hombre nuevo pasaba por debajo de mi calle, el eco de sus pisadas me retumbaba en la cabeza, y se podía ver el blanco de sus ojos...era una noche demasiado oscura.
Los recuerdos me venían sin piedad a la cabeza, las oportunidades que tenía se esfumaban con cada calada, la cabeza roja que se encendía y se apagaba me ipnotizaba en su reflejo contra la ventana. Mientras los papeles se caían al suelo, lo importante se pinchaba con todo lo demás en el corcho de la habitación.
Tick tack tick tack... repiqueteaba encima de mí, un cuco que no sonaba, pues el otro día lo mató uno de mis vecinos.
Los edificios enormes de mi alrededor jugaban esta noche, al baloncesto, con la luna como pelota, hoy los alunizajes tendrían que esperar, las estrellas la buscaban, por eso que brillaba tanto...
Todo eso pasaba mientras mi alma dejaba mensajes secretos en los cristales, la espera se fue al baño a retocarse mientras mi vida volvía de las pesadillas que nunca quería, que estaban expulsadas del mundo...
Tock tock tock!, llegaban a mis ojos...
Mañana puede ser otro día, esperaré, es más ya os dejo, hoy parece que todo quiere irme mal, haya sido verdad o no, espero que algún día...
y mañana será diferente, eso espero.
Mientras te echo de menos.
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