jueves, 20 de octubre de 2011

Había una vez...una historia sin terminar.

Me paso horas mirando esa foto en la que salimos los dos llenos de sangre, en la camisa, en los pantalones, algunas huellas y salpicones en las paredes y rastros de pisadas y golpes en el suelo...

Mi ojo morado, la nariz rota y los labios hinchados, gotas de sangre y un pequeño camino de mi ojo hasta la barbilla de un rojo vivo, mis brazos llenos de cortes y moratones de tus golpes, una pierna casi muerta de tus patadas, el nervio a flor de piel, y pelos de tu cabeza en mis uñas rotas...

En tu boca mi sangre, de los mordiscos con más cariño que nunca me diste,
tus nudillos llenos de rasguños, unos dedos rotos, unos jarrones contra tu espalda partidos, algunos trozos se quedaron clavados...

La casa completamente destrozada, los armarios, las estanterías, la mesa de cristal hecha trocitos, el álbum de la boda ardiendo en la chimenea, las fotos con tu madre rotas, las cenizas del mio contra la ventana...

Mi risa, esa tuya que tantísimo me gustaba, ya me taladraba el oído,
mi mirada, esa que tanto te atraía, te parecía tan vulgar como eso que me hacías en la cama que ya no quería disfrutar...
Tus caricias, tantas y en tanto tiempo me producían quemazón,
y mis besos los esquivabas como si estuvieran envenenados...

Después de tanto tiempo, me preguntaba por qué tardamos tanto en averiguar que nos odiábamos con tanto asco, me pregunto por qué tardé tanto tiempo en reventarte ese jarrón, y me pregunto por qué no intentaste clavarme ese cuchillo la primera vez que cenaste conmigo, o por qué tardaste tanto tiempo en meterte con el tamaño de mi polla, o por qué no fui sincero cuando te dije que m gustaban esas tetas tan raras...

1 comentario:

  1. Guauuu! El amor te hace sangrar por dentro, cierto, pero nunca, jamás, la sangre puede salirse de su cauce porque entonces ya no hablamos de amor. Al primer golpe, al primer impulso de golpe, debemos estar prestos a decir adiós en silencio y entonces empieza el olvido, y entonces empieza de nuevo la vida, y entonces descubres que no hay nada más digno que amar a quien te ama y olvidar a quien no te supo amar.
    Otro beso

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