jueves, 10 de diciembre de 2009

Por desgracia somos humanos...


Miré hacia a bajo y pude ver como el mundo se movía,las nubes pasaban de un lugar a otro por debajo de mis pies,el sol salía por el este y la luna alumbraba todavía el resto de la ciudad,las personas se movían sin mirar más que al frente,ignorando todo lo de su alrededor.

Una madre paría en un callejón,el futuro del niño ya estaba decidido,pues la droga era algo más importante,pero al mismo tiempo una pareja encontraba la felicidad en los brazos del otro,en la habitación de al lado un niño aguantaba los golpes que su padre daba a su madre,y unas calles mas para allá un hombre era asesinado por una banda,mientras que otros sin moverse del asiento se hacían ricos encargando unos asesinos.

Empecé a llorar y las nubes se tiñeron de un gris casi negro,sin dejar ver mas allá desde el suelo.Empezó a llover.Truenos y relámpagos caían al suelo,y ellos no se daban cuenta de lo que tenían.Eran libres,pero no se daban cuenta.Tenían la opción de ser felices sin más que una sonrisa.

No aguanté más.Caí al vacío sin frenar,sin pensármelo dos veces.No quise aguantar el ver que ellos podían ser,hacer,tener todo lo que quisiesen y no lo aprovechaban.
Caía sin freno.Caía al olvido.

Quemé mis alas.

1 comentario:

  1. Hola Arturo, estas palabras transcriben la cruel realidad, sacuden también una gran verdad, la libertad de ser feliz, es un profundo pensamiento; te animo, a no olvidar, hay muchas personas que merecen nuestra compañía... Me gusta leer lo que escribes. Un abrazo.

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