Sobran las palabras,
el humo salía entre las rendijas de la persiana,
la guerra desatada,
el tiempo se rompió, no se oyó nada, ni gritos, ni patadas,
silencio, frío y quebradizo,
la luna se asomaba...
Ese piano, sus teclas no sonaban,
se termina el día como una canción acaba,
ya no habían sentimientos, los atamos a la cama,
rezamos por nuestros fallos,
nos los echamos a la cara,
perdimos los estribos, perdimos la esperanza...
Ya no había príncipes, ni besos a las ranas,
se termino todo,
la calma reinaba...
El humo se perdía,
y se perdían las miradas,
las fotos dolían, sentían,
aguardaban inquietantes,
como pompas de jabón, que,
subían,
subían sin parar,
hasta que sin más se rompían...
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