Te miraba a los ojos, en ese momento lo supe todo,
no iba a querer nada más, no me serviría nada,
y mañana, y al otro.
Y miré tus labios, sabiendo que no me gustarían otros,
en efecto, incluso pesado de pedirte besos,
incluso cansado de que me odien por ser feliz,
estoy seguro de querer seguir.
Me creo no, sé que soy el rey de mi propio mundo,
soy una sonrisa que no viene a cuento,
un salto,
una mirada entre la gente cuando te busco,
un segundo y si, si me dices "vale", te sigo.
Perdonar mi descaro, y que lo manifieste,
pero aún así no puedo explicarlo,
lo siento por no ser alguien que os guste,
pero sé que en el fondo me quiere,
y eso para mí es suficiente.
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