domingo, 11 de diciembre de 2011

Ecos de una vida...



Cada día me meto en mi cabeza en busca de tus mejores recuerdos,
y nunca sé lo que decir cuando me encuentro frente a mi,
pierdo los momentos inolvidables,
busco tus ojos de niño perdido,
las ganas imparables, lo mejor de ayer y lo mejor de mañana,
las ganas de vivir la vida como una película,
hemos vivido todo lo que podíamos vivir hasta ahora,
unas ganas irrompibles de ser joven para siempre, con la mirada siempre en las estrellas,
un momento de oscuridad y un punto que ilumina,
mantener ese momento de alegría,
secar todas las lágrimas con las mangas,
un lugar donde descansar y un mundo por descubrir...


Quiero romper con un grito esas noches tan frías,
las sabanas tan solas, inundar un corazón.
Quiero cambiar yo y que cambien ellos,
dejar de llenar de tiros una calle, llenaron de sangre a esas familiar...

Suspiros desesperados,
unos brazos sin fuerza y con el agua al cuello,
las ultimas notas de una canción, dos horas de luz al día,
unas palabras injustas, una segunda oportunidad robada,
dos miradas que se escapan, un momento que se olvida...

Voy en busca de un día eterno,
el éter de la vida, un minuto de silencio,
soy dependiente de un par de sonrisas,
esclavo de unas pocas palabras y mendigo
de los sentimientos...

Ando, detrás siempre de las voces, de un par de ojos que me arropen,
de mis miedo y de mis virtudes,
desahogarme y no hacerlo del todo.

Escribo para ver si acierto, pero si alguna vez tuve algo ya se ha ido,
escucho mis quejas en el vacío, sin eco,
un momento,
silencio y el día continua, como si nada,
cada día y sin nada nuevo...

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