martes, 17 de noviembre de 2009

Un viejo amigo...


Estaba atento a quererte y no me fije de que tu te ibas olvidando del pasado,
y estaba llorando bajo la lluvia que escondía bajo ella toda esa nostalgia.
El piano sonaba practicamente como si fuera fácil tocarlo,era una melodía que te echaba la mano por encima del hombro,y la lluvia hacía bien su papel,los truenos y relámpagos de vez en cuando me dejaba ver la cara de aquel pianista,era un viejo negro canoso y poco cuidadoso con su aspecto,su voz era quebrada,y se oía mucho mas dolor en ella que cuando lloran los niños,vestía un traje marrón desgastado,y todavía estaba mojado por la lluvia,las gotas colgaban del filo de su chaqueta como queriéndose quedar en ella,tenía un sombrero a juego en la cabeza,con algún que otro agujero,los zapatos eran lo mas viejo que llevaba puesto,estaban muy desgastados,y se podían ver en ellos como habían visto miles de paisajes distintos,con distintos sufrimientos...

El viejo tocaba,lentamente,mientras desgarraba las paredes del cutre local con su voz,y de vez en cuando le metía un trago a su wisky,yo me encontraba en la segunda mesa mirándole impaciente,exaltado,con ojos cristalinos,y de vez en cuando alguna que otra lágrima caía rellenando el baso de ron que bebía lentamente,un par de mujeres,algo jóvenes estaban a mi izquierda,un par de borrachos,los mismos de todas las noches,tumbados en la barra,y se disponía a empezar una pelea en callejón que estaba al lado de aquel cutre tugurio...

Golpeaba con fuerza ahora el piano,y esas notas secuestraron todo lo malo que tenía esa noche,y su voz llegó al punto en el que se quebró por los llantos,pero seguía tocando.
Y pasó así una hora más,hasta que terminó,cuando cerraba el bar,él se giró al público y arrojó un suspiro leve,nadie aplaudió,incluyendome a mí,nadie le miraba excepto yo,y cuando se fue todo el mundo él seguía aferrado a aquél piano,yo me acerqué,me puse a su lado,y le arrojé una mano por encima del hombro permitiéndome ese gesto...Le dije casi susurrando,te entiendo,yo paso por lo mismo,pero tu me has hecho feliz esta noche,por favor,toca otra vez conmigo...y empezamos a tocar de nuevo una canción tan lenta que las notas se alejaban tanto entre ellas que las lágrimas de los dos se secaban antes de la siguiente...

2 comentarios:

  1. Hola de nuevo "joven amigo", esta historia es un "blues" auténtico... el viejo, el piano y la soledad. Qué belleza describes en un encuentro de dos desconocidos, que haces volar al viento la sensibilidad, entran ganas de ver mundo, de sentir una lágrima porque no estarás solo. Me he quedado con ganas de seguir leyendo la historia, me ha encantado... ¡Animo!

    ResponderEliminar
  2. Ya veo que no se te resiste nada. Lo mismo haces poesía que relato. Y este es como dice Gémina, casi un blues auténtico. Casi he podido escuchar las notas del piano y me dieron ganas de unirme a vosotros a llorar mis lágrimas.
    Chapó Arturo.

    ResponderEliminar